
Presidente y director de la Agrupación Musical Sabor Isleño
Empieza por el año 1968, en una murga infantil de la Cuesta Piedra, que se llamaban los Mini Diablos Locos. Ellos ensayaban en un cuarto que había en dicho barrio. Pero pasados unos años conoció a Esteban Reyes, presidente de la comparsa Los Brasileiros y en 1974 salió con ellos en el Carnaval. Tras un par de años en ella, junto con otros amigos creó la Agrupación Teide, que ensayaban en el local actual de la rondalla Unión artística El Cabo. Y ya siguió dentro de este género siendo parte fundamental en la fundación de Caña Dulce y posteriormente Sabor Isleño.
Toda una vida dedicada al Carnaval en las agrupaciones musicales, aunque has pertenecido también a murgas y comparsas ¿En que han cambiado?
Las Agrupaciones musicales, han cambiado mucho. Ya no hay es ese ambiente familiar, que respiraba antiguamente. El compromiso es menor de los componentes, que hace unos años, en donde participaban con muchas ganas, ilusión y ansias de hacer un buen papel. Hemos perdido la esencia de las Agrupaciones, se ha profesionalizado mucho.
¿Qué echa de menos de cuando empezó?
Echo de menos, las fantasías que se sacaban antes. La gente iba a la Agrupación, que tenía buenas fantasías.
Se viene a la memoria los diseños de Pura Hey, Flor de México, Los Gavilanes o Machu Pichu.
Echa uno de menos la Plaza España, el concurso,... quizás muchas cosas.