
disfrazaron con unos ponchos de mexicanos, “los ponchos los hizo mi madre con mantas del cuartel”; cantaban en la calle de las niñas, lo que ahora se llama calle Miraflores, pasando el sombrero que se repartían entre todos los del grupo, las medias pesetas y los medios duros. Ya en el año 1973, junto a su hermano Lalo, se unieron al proyecto de Ni Pico Ni Corto infantil. Ensayaban 18 niños en la terraza de Domingo Hernández Macías, allí estuvimos hasta 1978, que fue cuando cogimos la casa en San Martín. Fue el año de la fundación de Ni Pico-Ni Corto y de Ni Corto-Ni Pico. Es la misma sede que ocupa en la actualidad La Traviata".Desde 1973 hasta 1990 Ni Pico salió a la calle, hasta la muerte de don Abelardo quien, estando enfermo, animó al propio Juan a continuar militando en grupos militó ahí hasta 1993.
Tras este paréntesis, Juan Díaz recuerda la idea de Basilio Peraza y Lorenzo Marichal de sacar de nuevo a Ni Pico-Ni Corto en el Carnaval de 1994, hasta el 2000. Después de esta etapa esta un intervalo corto en Chinchosos. Y en el 2004 formó parte La Traviata
Entró en esta murga, cuando dedicaba a montar musicalmente a Chinchositos, un amigo lo avisa que van a sacar una murga adulta nueva, se animó a ir a la primera reunión donde aparecieron 40 componentes, en la segunda reunión 56 componentes y desde ese momento preside La Traviata. De todos los que fundaron Traviata muchos se fueron y el sigue ahí, junto a Basilio Peraza. El año que viene cumplirá 47 años en el Carnaval.
¿En que han cambiado las murgas?
La evolución ha sido grande. Cuando yo me inicio en las murgas, estas cantaban a una voz. Hasta la época de Chichiriviches y Singuangos que rompen en el apartado musical, y desde ese momento empiezan a querer cantar con varias voces y sketch, delante de la murga. Me viene a la mente los cabezones de SuperManuel, de Singuangos en la Plaza de Toros.